Vamos a hablar sin filtros. La mayoría de planes gratuitos son un engaño consentido. Parecen completos hasta que intentas usarlos de verdad. Límites diarios que se agotan en dos envíos, automatizaciones que aparecen bloqueadas, APIs que son como escaparates: se ven pero no se tocan. Y el soporte… mejor ni preguntes. Hoy en conten.blog hemos estudiado a fondo una alternativa que no es cualquier cosa a la hora de construir campañas de mailer que funcionen. (pero que funcionen… he dicho).
El resultado es que estás jugando al marketing con una mano atada a la espalda. Haces pruebas que no se parecen a la realidad, tu reputación se resiente por envíos mal configurados, y cuando por fin quieres dar el salto, arrastras vicios técnicos que cuesta Dios y ayuda corregir. La trampa está servida: lo que parece ahorro termina costándote tiempo, datos inservibles y capacidad de llegar a la bandeja de entrada.
La pregunta que me hago justo antes de empezar una campaña no es «qué me ofrece el plan de pago», sino «¿puedo trabajar en serio desde el primer día?». Si cada dos meses tienes que cambiar tu forma de trabajar porque la herramienta te limita, estás construyendo sobre arena movediza.
Mailrelay: el plan free que parece de pago (80.000 envíos y sin letra pequeña)
Mailrelay cambia las reglas del juego. Hablamos de 80.000 envíos mensuales y hasta 20.000 contactos en el plan gratuito. Sin límites diarios. Sin funciones capadas. En cristiano: puedes montar campañas reales desde el minuto cero.
Nada de eso de «espera a pagar para automatizar» o «la API te la damos cuando pongas la tarjeta». Con Mailrelay tienes automatización visual con condicionales desde el primer día: welcome emails, goteos, recordatorios, segmentación por actividad, tests A/B básicos y hasta formularios y landing pages para captar suscriptores sin depender de terceros.
¿Y el soporte? Humano, en varios idiomas y disponible por teléfono, chat y tickets. Sí, también en el plan gratuito. Cuando tienes un problema, hablas con personas, no con un bot que te redirige a un FAQ de 2018.
Entregabilidad: el secreto de los mails bien entregados
La métrica que realmente importa: ¿tus emails llegan a la bandeja de entrada? Aquí es donde Mailrelay demuestra su peso. Trabajan con rangos de IP propios y algoritmos que optimizan la entregabilidad ajustando ritmo y volumen.
Traducción: hacen warming de IPs, controlan rebotes, monitorizan listas negras y te guían para configurar SPF, DKIM y DMARC correctamente. Tu reputación deja de ser una lotería rusa.
La ventaja de esta obsesión por la entregabilidad es que el sistema trabaja a tu favor: te avisa si tu tasa de quejas sube, sugiere limpieza de lista y evita que cometas suicidios de reputación. Además, tener el SMTP transaccional bajo el mismo techo evita que fragmentes tu reputación entre diferentes servicios.
Automatización que funciona desde el día 1 (sin trucos)
No necesitas una NASA para hacer marketing automation. Con Mailrelay construyes flujos del tipo «si abre esto, envíale aquello; si no abre, espera 3 días; si hace clic en Z, cambia su etiqueta«. Lo que necesitas para welcome sequences, reactivaciones o comunicaciones estacionales.
Y lo mejor: este constructor visual funciona en el plan gratuito. No son funcionalidades de adorno que se activan al pagar.
¿Que dice la gente de Mailrelay.com? pues manifiesta cosas tan sustanciales como esta:
… “La API es igualmente accesible – puedes sincronizar con tu CRM o ERP sin volverte loco. Y si no quieres programar, con Make.com conectas arrastrando y soltando. El SMTP transaccional para emails críticos (confirmaciones, passwords) también está incluido, evitando el típico Frankenstein de usar un proveedor para marketing y otro para transaccional”.
Métricas que sirven para vender más (no para decorar)
Medir aperturas es como pesarse con la ropa puesta: te da una idea equivocada. Mailrelay ofrece mapas de calor y mapas de clics en tiempo real para ver dónde pulsan tus suscriptores y qué contenido realmente les interesa.
Combínalo con tests A/B esenciales y puedes optimizar asuntos, disposición de botones y timing de envío. La diferencia clave es que no te quedas en el «qué bonito queda«, sino que pasas al «esto es lo que genera clics«.
Comparando con otras plataformas: muchas limitan el volumen diario, reservan las automatizaciones útiles para planes de pago, o no incluyen SMTP en el tier básico. El efecto práctico es que tienes que pagar antes de poder demostrar ROI. Con Mailrelay ocurre lo contrario: primero demuestras resultados, luego escalas.
Ahora sí; menos es más. Menos peajes, más resultados
Si buscas empezar con buen pie, necesitas tres cosas: volumen decente, funciones críticas disponibles y entregabilidad que cuide tu reputación. Mailrelay ofrece esto desde el plan gratuito de 80.000 envíos/mes, automatización visual, tests A/B, formularios, integraciones, API, SMTP y soporte humano.
Frente a alternativas que te fuerzan a pagar para desbloquear lo esencial, aquí puedes operar en serio sin peajes tempranos. Cuando compares con Mailchimp, Brevo o Acumbamail, solo por citar algunos, fíjate en lo que importa: límites diarios reales, automatización disponible en free, SMTP incluido y soporte que contesta.
La elección es simple: empieza con un «gratis» que no sea de mentira. Mailrelay te deja trabajar con método desde el primer día, mantener tu reputación intacta y tomar decisiones basadas en datos reales. Menos obstáculos, más emails que llegan y más conversiones que pagan la factura.
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